La exposición “Actividades ficticias” de Ilich Castillo se realizó en Casa del Barrio del 7 al 19 de octubre, 2021. Publicamos el texto curatorial por Rodolfo Kronfle Chambers y un registro fotográfico de la exposición y las obras por Ricardo Bohórquez, cortesía de Giuliana Vargas.
–
Texto curatorial por Rodolfo Kronfle Chambers
Los trabajos de Ilich Castillo (Guayaquil, 1978) reunidos en esta exposición, en tanto reconfiguraciones de la realidad, procuran ofrecer nuevas experiencias del trópico donde emergen variopintas relaciones vernáculas con los objetos empleados, elevados ahora al grado de dispositivos cuya vocación funcional se ha tornado contingente. El sentido de “percepción local” que enfatiza el artista nace de un deseo –y por tanto un posicionamiento político- de trabajar con el entorno próximo, y con aquello que se ha definido como “conocimiento situado”, una aproximación al objeto de estudio desde el lugar y la subjetividad específica de alguien.
Englobando estas ideas, se exhiben aquí algunos ejemplos de la serie de esculturas y dibujos Productos terminados de movimiento rápido (2016-2021), título derivado de una enciclopedia técnica de producción industrial que a su vez usará como soporte físico y contraste conceptual en algunas de sus propuestas. Este conjunto de obras tiene como génesis y antecesor simbólico el voluminoso archivo Piedra y Hacha (2007-2017), donde el artista acumula fotografías que ha tomado (o que aparecen en las secciones de reclamos en la prensa comunitaria) de un sinnúmero de objetos que operan en la trama urbana ajenos a sus usos habituales, y que se reactivan bajo alguna función provisional. También recoge registros de situaciones anómalas o configuraciones curiosas de elementos que resultan fuera de lugar. El archivo termina por estructurar–en la clasificación tipológica y curiosa descripción que hace de las imágenes- una suerte de catálogo de anti-escultura.
Castillo somete a aquellos objetos reunidos en su archivo a un proceso de traducción empleando códigos visuales del entorno gráfico popular, para que se conviertan en “estímulos perceptibles que se alejan del modelo original”, primero al aplanarlos en dibujos que luego, a su vez, traduce a una cruda tridimensionalidad. Es en este proceso donde pone en marcha su concepto de figuración blanda, un recurso ilustrativo que degrada exageradamente la naturalidad de las formas, muy en diálogo con lenguajes de representación no instruidos y poco diestros, para lo cual le resulta particularmente apto la crudeza y relativa corta perdurabilidad del papel maché para el modelado (“las esculturas son sustitutos provisionales de sus propios modelos, efímeros ambos”). El divertido resultado son estas interpretaciones escultóricas de “baja resolución”, donde se muestra simultáneamente una semejanza y relación distante con sus referentes reales.
En la sala contigua el artista presenta Actividad ficticia, una instalación compuesta de múltiples objetos abandonados y encontrados de manera espontánea (por lo general rezagos de alguna tarea de remodelación o construcción) que han sido cubiertos en papel maché y pintados en una llamativa gama de colores -afín a la empleada en juguetes pedagógicos- que termina por transformar su función. Castillo nos acerca así a una contra-didáctica que nuevamente abre la posibilidad de aproximarnos a la cultura material desde ángulos más complejos por fuera de la dicotomía útil-inútil. El título -uno de los términos del lenguaje administrativo con que se estructura aquella enciclopedia industrial- alude a “un evento intangible o imaginario…sin tiempo específico asignado para su ejecución” durante los procesos de producción, algo que el artista prefigura como una ocurrencia especulativa en la esfera de sus propios procesos de creación artística. Este promiscuo gesto intelectual de “malinterpretar” subjetivamente conceptos desarrollados para un ámbito específico de la actividad humana y aplicarlo en otro, le brinda -en sus propias palabras- la posibilidad de “leer críticamente definiciones ideologizadas del tiempo productivo para pensarlo como un territorio donde la probabilidad procrastinadora, la pausa lúdica, el accidente laboral, la calamidad doméstica, etc. nos plantean su propia ruta crítica.”
–
–
Sala 1
Ilich Castillo. Actividad Ficticia.
Instalación. Varios objetos recubiertos de papel maché y esmalte. 2017-2021.
–
Vistas de la exhibición “Actividades ficticias” en Casa del Barrio. Lado izquierdo Sala 1, lado derecho Sala 2.
–
Sala 2
Ilich Castillo. Productos Terminados de Movimiento Rápido.
Instalación. Esculturas de papel maché y esmalte; dibujos con tinta acrílica. 2016-2021.
–
Ilich Castillo. Archivo Piedra y Hacha. Registro de diapositivas. 2007-2017.
–