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«Avistamiento de la pintura en Guayaquil». Exposición colectiva en la Galería CIF de MZ14

La exposición colectiva “Avistamiento de la pintura en Guayaquil” se realizó en la Galería del Centro de Investigación Fotográfica (CIF) de MZ14 del 1 de octubre al 30 de noviembre, 2021. Publicamos el texto curatorial por Lupe Álvarez y un registro fotográfico de la exposición y las obras.

Esta muestra es la primera presentación del proyecto de investigación Escuela de Pintura Contemporánea de Guayaquil, en la que participan 10 artistas docentes de la Escuela de Artes Visuales. La propuesta pone en manifiesto diversas exploraciones alrededor de la pintura en la ciudad a través de memorias personales, vínculos afectivos, diálogos del arte y la pedagogía. Cada artista ha planteado diálogos con sus predecesores y con jóvenes creadorxs de la generación posterior a la suya. En conjunto, participan en la muestra 29 artistas con más de 50 obras de arte que pertenecen a colecciones públicas y privadas.

Curaduría: Lupe Álvarez, Saidel Brito, Ana Rosa Valdez.

Artistas participantes: Marco Alvarado, Saidel Brito, Juan Caguana, Juan Carlos Fernández, William Hernández, Xavier Patiño, Marcos Restrepo, Joaquín Serrano, Jorge Velarde, Hernán Zúñiga, Félix Aráuz, Ilich Castillo, José Luis Choez, Segundo Espinel, Carlos Figueroa, Erick Franco, Julián Garcia, Araceli Gilbert, Maureen Gubia, Judith Gutierrez, Los Chivox, Jorge Morocho, Leo Moyano, Roberto Noboa, Enrique Tábara, Raymundo Valdez, Ismael Vargas, Juan Villafuerte, Kimberly Yagual.

Organizada por la Escuela de Artes Visuales, MZ14 e ILIA; en el marco del VI Encuentro de Investigación en Artes.

Ensayando acercamientos a una (h)istoria de la pintura en Guayaquil

Texto Curatorial por Lupe Álvarez

Un todo no es una catedral, sino un abismo Las totalidades pueden ser pozos tan hondos que no podemos comprender su profundidad.
Timothy Morton

La curaduría de esta muestra constituye un ejercicio colectivo. Su concepto, y la posibilidad de juntar este cuerpo de obras que atraviesa a paso gigantesco la segunda mitad del siglo XX, asienta el germen de un proyecto de investigación que juntó a esa parte del colectivo de profesores de la Escuela de Artes Visuales de la UArtes interesados en la pintura como medio.

No se trata aquí de mostrar obras emblemáticas de los autores ni existe un interés en resaltar personalidades – aunque asomen en este relato una pléyade de ilustres representantes de la pintura local que de alguna manera, impactaron la escena -. Se trata de un conjunto de cartografías personales que surgieron de conversaciones orientadas a deslindar sentidos que tuvo y tiene hoy, la vocación de dedicar energía creativa al trabajo en pintura.

Quienes aquí exponen modulando un enfoque constelar, comenzaron reuniéndose para comentar sus propuestas individuales, intercambiar referentes e interpelar su experiencia como creadores tratando de poner énfasis en las particularidades de investigar en los propios procesos creativos, pero esta vez desplazando el saber solitario o la orientación hacia un quehacer de estudio de artista, para construir un espacio de intercambio y alimentación mutua.

En estos encuentros han aflorado figuras olvidadas, episodios marginales a los relatos instituídos. También latencias recurrentes en las prácticas pictóricas de la urbe portuaria que problematizan una posible identidad en continuo rehacimiento. Pero sobre todo, brotaron anecdotarios sobre pedagogías no formales que cubrieron carencias históricas en la educación artística de la costa ecuatoriana, sucesos que acontecieron en los talleres de artistas, polémicas locales; confrontaciones con formas de crear, encuentros y desencuentros que, al final, constituyen un acervo invaluable para entender el quehacer artístico actual, sus debates estéticos, sus preguntas y formas de organización; su resilencia y capacidad enunciativa.

De este fogueo surgió la idea de hacer visible este proceso presentando esta fase del proyecto en forma de microcuradurías basadas en elecciones afectivas conversadas, en la advertencia de vínculos estéticos, conductuales, o en experiencias compartidas enre los participantes y creadores activos en períodos históricos diversos.

Coinciden aquí unas cuantas generaciones de artistas que han representado momentos sobresalientes en la conformación de una escena local. Desde el emblemático Hernan Zúñiga, artífice de conceptos estéticos como barroco guayaco (que define como metodología para interpretar la realidad de Guayaquil), hasta hornadas de artistas de media carrera como Juan Caguana o Juan Carlos Fernández; pasando por el núcleo de La Artefactoría. También artistas docentes como Joaquín Serrano, Saidel Brito y Willian Hernández.

Este personal bosqueja un amplio diapasón de propuestas estéticas, itinerarios académicos y prácticas pedagógicas de procedencias múltiples que, en la puesta en común, alumbraron una peculiar narrativa donde se abre camino a un caudal relevante de conocimientos sobre el campo cultural local.

El mosaico de núcleos bosquejados por los participantes en este primer recuento, descubrió conexiones sugestivas. De pronto crecía un árbol que conectaba referentes inusuales y afincaba un conjunto de pequeños relatos de matriz genealógica donde pasado y presente se traslapan. El tejido se tornó tupido y lleno de convivencias entre figuras consagradas de la plástica local, referentes maestros y jóvenes creadores lo que, definitivamente, complejiza las formas de acercarse a las poéticas pictóricas de la escena.

Queda mucho por hacer, discutir y reflexionar, pero la metodología le ha añadido un valor al proceso que es indudable. Tan solo poder apreciar estas familiaridades usando obras de colecciones, muchas de ellas patrimoniales, permiten a los públicos reconocer y apreciar un legado que, dada la precaria gestión museal que existe en nuestra escena, constituye, en sí mismo, un hito.

Grupo de Investigación “La Escuela de Pintura de Guayaquil”

Vista de la exposición “Avistamiento de la pintura en Guayaquil” en la Galería del CIF.

Juan Caguana. Exudación. Tinta, acuarela sobre cartulina canson. 18 láminas de 50 x 65 cm y 6 láminas de 55 x 50 cm. 250 cm x 300 cm. 2019.
Leo Moyano. Lecuna. Acrílico sobre lona. 150 x 120 cm. 2019.
Saidel Brito. Mayo de mil ochocientos veinte y tres #4 (a Simón). Acrílico sobre papel. 75 x 110 cm. 2010.
Carlos Figueroa. Victorescena 2 .Acrílico sobre tela. 160 x 160 cm. 2021.
Saidel Brito Habeas corpus # 16. Acrílico sobre tela. 250 X 190 cm. 2021.
Enrique Tábara. Dibujo a recluso en la Penitenciaría del Litoral. Tinta sobre papel. 22 x 27 cm. 1978.
Enrique Tábara. Dibujo a recluso en la Penitenciaría del Litoral. Tinta sobre papel. 27 x 22 cm. 1978.
Enrique Tábara. Dibujo a recluso en la Penitenciaría del Litoral.  Tinta sobre papel. 22 x 27 cm. 1978.

Araceli Gilbert. Grafismos sobre blanco. Serigrafía sobre cartulina. 101 x 71 cm.
Juan Carlos Fernández. Nudo. Oleo sobre lienzo. 180 x 150 cm. 2016.
Kimberly Yagual. Ignoto. Oleo sobre lienzo. 150 x 110 cm. 2020.
Jorge Velarde. Autorretrato con ahorcado. Óleo sobre cartón. 48 x 38 cm. 1991.
Hernán Zúñiga. Galán de barrio. De la serie “Barroco Guayaco”. Acrílico, mixta sobre tela. 110 x 95 cm. 2020.
Félix Aráuz. Mujer. Acrílico sobre tablero. 110 x 80 cm. 2010.
Vista en pared de Autorretrato con ahorcado, Galán de barrio y Mujer.

Jorge Velarde. Papaya. Óleo sobre lienzo y madera. 178 x 118 cm. 2021.

De izquierda a derecha:
Julián Garcia. Retrato de Hernán Zúñiga. Tinta y lápiz sobre papel. 32 x 22 cm. 1993.
Julián Garcia. Retrato de Jorge Arjona. Tinta sobre papel. 29,2 x 21,5 cm. 1993.
Julián Garcia. Retrato de Luis Peñaherrera Bermeo. Tinta sobre papel. 29,2 x 21,5 cm. 1967.
Julián Garcia. Autorretrato. Tinta y lápiz sobre papel. 22,3 x 16,3 cm. 1969.
Pared izquierda:
Erick Franco Micro. Mundus 2020-2021. Acrílico, grafito, carboncillo sobre cartulina. 43 x 35 cm. 2020-2021.
Erick Franco Micro. Mundus 2020-2021. Acrílico, grafito, carboncillo sobre cartulina. 43 x 35 cm. 2020-2021.
Erick Franco Micro. Mundus 2020-2021. Acrílico, grafito, carboncillo sobre cartulina. 43 x 35 cm. 2020-2021.
Erick Franco Micro. Mundus 2020-2021. Acrílico, grafito, carboncillo sobre cartulina. 43 x 35 cm. 2020-2021.
Xavier Patiño. Sin título. Acuarela sobre cartulina archer. 1980c.
Pared derecha:
William Hernández. Uno no son todos. Instalación de 20 piezas bidimensionales. Acuarela sobre cartulina y acrílico sobre lienzo. 107 x 175 cm. 2021
Pared izquierda:
Jorge Morocho. Wayne TV. Mixta sobre lienzo. 140 x 180 cm. 2021.
Pared derecha:
Marcos Restrepo. Alguna forma de destruir el gusto. Acrílico sobre tela. 100 x 150 cm. 2014.

Pared:
Xavier Patiño. Condominio. Objeto. 64 x 182 cm. 2021.
Suelo:
Ilich Castillo. Relativos. De la serie Plots y Estructuras. Palos de chuzo y cordones plásticos sobre fórmica. Medidas variables. 2017.

Pared izquierda:
José Luis Choez. Detalle 2. De la serie Pervivencias. Acrílico sobre lienzo. 112 x 31 cm. 2020.
Pared central:
Joaquín Serrano. Rojo Amor, Rojo Pasion, Rojo Terrorista. Técnica mixta. 250 x 150 cm. 2001.
Pared derecha (izquierda a derecha):
Juan Villafuerte. Niño sentado con sombrero. Carboncillo sobre papel. 45 x 65 cm. Julio 20 de 1962.
Juan Villafuerte. La Luna Brilla. Tinta y collage sobre cartulina. 50 x 60 cm. 1974.

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