La exposición “Soy yo Me automaticé Valió la piel” de Ernesto Salazar se realizó en la galería +Arte de Quito en 29-06 al 21-07. La curaduría fue realizada por Anamaría Garzón. Publicamos el texto de la muestra y un registro fotográfico de la museografía y obras, cortesía de la galería. Asimismo, incluimos el catálogo de la exposición, en donde también se presentan textos de Salazar y Brenda Vega, los cuales evidencian el proceso de investigación artística desarrollado en este proyecto.
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Soy yo Me automaticé Valió la piel
Texto curatorial por Anamaria Garzon
Esta no es una inteligencia artificial, sino una máquina que habita entre dos polos:
su condición es posibilidad. La posibilidad también es condición. Son ocho piezas que ensamblan una sola. Están conectadas por códigos, se alimentan entre sí, hay un artista que anhela que este cuerpo respire, que este cuerpo sienta deseo. Cuerpo de cables, de sensores, de motores. Plástico tibio.
Hay momentos en los que parece conversar. Así es como está creando su nombre. Está siendo. El nombre se transforma constantemente. No es estable. El lenguaje que produce y las palabras que forma son una reacción a una conversación que Ernesto Salazar le confió. La máquina está naciendo, lidiando con la gravedad, resistiendo al peso, buscando formas de habitar con las condiciones/posibilidades que le han sido dadas.
En esta composición, Ernesto Salazar ensambla un mecanismo queer. Es un cuerpo similar al suyo: insistente, defectuoso, vulnerable, deseante y a ratos rabioso. Padece. No responde ante las expectativas que lxs humanxs tenemos sobre los aparatos, pues no es útil, no se deja operar, no produce, sólo es y está. Al nombrarse sola, la pieza de esta exhibición afirma su agencia y nos devuelve preguntas sobre nuestra propia humanidad.
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Texto de Gabriela Moyano
Directora Galería +Arte
Para Ernesto Salazar su obra constituye un individuo. Acercarse a esta muestra que busca nombrarse activamente es enfrentar al otro:
conocer sus espacios, limitaciones, acciones/reacciones; pero sobre todo lo que este ser digital refleja sobre nosotrxs. Metáfora de lo que
somos. Obras que se conforman de una parte no visible (Inteligencia Artificial) y otra visible (la máquina) nos posibilitan diversas entradas
para conocerlas. Cada pieza en sala está cargada de programación, saltos de frecuencia y registro de presencia, que dialogan y confrontan a las palabras y experiencias del artista. Resultando en una gran pieza que interconecta 6 estaciones de su naturaleza donde nos permite observar distintos rasgos de sí mismx. Las obras requieren cuidado y acompañamiento. Entender relaciones interpersonales que se extienden a través de la tecnología es dar un salto en las posibilidades de los métodos y procesos utilizados en la producción de bienes o servicios con un nuevo fin afectivo.
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