La exposición “Fachada” de Leo Moyano se realizó en Taller Maldonado del 15 de octubre al 17 de noviembre, 2021. Publicamos el texto curatorial escrito por Marco Alvarado y un registro fotográfico de la exposición y de las obras, cortesia de Tyrone Luna.
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Texto curatorial por Marco Alvarado
El barrio dice la verdad, la arquitectura es ideología que se habita, y también es el rostro de la resistencia que devuelve al poder el espejo de sus engaños. Por eso en Guayaquil, a pesar de las “fancy houses” y las “conferencias de servicios públicos inteligentes y sostenibles”, en los barrios proliferan construcciones que, con sencillez nos dicen la verdad, a través de lo que se puede hacer con muy poco y en contra del “buen gusto” municipal que simuladamente lamenta que esta ciudad aún no sea como Miami.
Es incuestionable que el gran Guayaquil la conforman las “cajitas de fósforos”, de los planes masivos de vivienda, las imitaciones periféricas de las ciudadelas cerradas y exclusivas. Las casas mixtas que el municipio persiguirá hasta extinguirlas, las casas gritonas de colores chillones, las casas que crecen desordenadas, recargadas, y los diseños “Matzinger” que resisten y pelean contra el poder. Guayaquil es esa ciudad que “cholean” los que reniegan de vivir entre “guacharnacos” que “progresan” haciendo lo que sea y como sea, habitando en construcciones que se van remendando con lo que alcance; sapeando, conversando con el vecindario a gritos, hablando de todo y de todos, y a veces presumiendo la experticia de estrategas de “pura fachada”.
La arquitectura y el urbanismo son vías de operaciones ideológicas adoctrinantes que, una vez construidas, escenifican el deterioro que el poder no logra ocultar y que el arte visibiliza, como en esta muestra y como en “Fachada”, pintura escindida en la que el artista hiere la normalidad, en un gesto que acertadamente cita a las complejas acciones de Gordon Matta-Clark (1943-1978), en busca de arquitectura más allá de lo construido. Así, estas operaciones simbólicas que Leo Moyano nos comparte, estratifican nuestra mirada, cortando lo aparente para que miremos detrás de las fachadas, en donde persisten la desigualdad, la exclusión y la violencia, estas condiciones de la realidad que nunca se fueron.
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