La más reciente exposición de María José Argenzio, “Frágil genealogía”, fue presentada en el Museo de los Metales de Cuenca en el mes de noviembre. La curaduría estuvo a cargo de Eduardo Carrera R., quien seleccionó un conjunto de obras que resultan fundamentales para comprender el trabajo de la artista, por ejemplo, 1792 y 25.000, producidas para la exposición “Just do it” realizada en el 2011 en el Museo Municipal de Guayaquil, Arte Actual de Flacso en Quito y galería Procesos de Cuenca; las series Genealogías y Banderines, que formaron parte de la muestra “Nobleza obliga” llevada a cabo en el 2015 en la Galería Caja Blanca de Palma de Mallorca; y La más castellana de América, presentada en una exposición individual en la galería No Lugar de Quito en ese mismo año. En “Frágil geneaología” estas obras adquirieron un sentido particular a partir del diálogo visual con la arquitectura del museo.
Agradecemos a María José Argenzio y Eduardo Carrera R. por compartir en Paralaje el texto curatorial, y a Pablo Carrión por el registro fotográfico de la muestra.
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FRÁGIL GENEALOGÍA
Texto curatorial por Eduardo Carrera R.
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Frente a la genealogía de las instituciones museísticas que ha dado prevalencia a una visualidad blanca, masculina, heterosexual e históricamente racista, esta muestra pretende abrir un espacio de crítica a la construcción de las identidades post-coloniales y busca revelar, desde las prácticas artísticas, la pervivencia del orden colonial. Por ende, su mérito es hacer evidente las dinámicas del poder y las diversas lógicas del pasado puestas en marcha para dar forma a las estructuras socio-culturales presentes.
A través de sus trabajos, la artista María José Argenzio transmite sus reflexiones sobre las esferas política, social y económica en el Ecuador contemporáneo. Sus principales proyectos se han centrado en las tensiones que rodean a la identidad mestiza y a las clases sociales de herencia colonial. La exhibición ‘Frágil Genealogía’ explora, justamente, las formas en que nuestras conexiones con el pasado se producen y se mantienen en constante tensión. El conjunto de obras se centra en las manifestaciones de blanqueamiento que dan forma a su materialidad y evocan el desgarramiento que provoca esa tradición.
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María José Argenzio. 1.729 (2011). Hilo de cobre bañado en oro sobre pedestal hecho de Guayacán y terciopelo negro. 1.46 x 0,44 x 0,48 m
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En el trabajo de Argenzio, la identidad ecuatoriana está muy cargada de mitos e historicidades: lo simbólico y lo material se entrecruzan. Al proporcionar agencia a los materiales en sí, la artista los está considerando como un canal de comunicación, ya sea que estén expandiéndose en los medios y narrativas tradicionales o utilizando elementos que contienen una carga histórica y simbólica importante. Al explorar estas preocupaciones, la artista también plantea por qué decide trabajar con cierta materia en nuestra cultura y clima social actuales, y el papel que desempeñan estos materiales dentro de ella. El uso del oro y el dorado responde al maltrato producido por el consciente e inconsciente colonial en sus diferentes formas de exclusión, violencia y muerte.
Monedas, plantas y símbolos muestran un claro anclaje de la obra a su lugar de origen y sus significaciones propias. Pone en escena elemetos naturales e intervenciones humanas por las cuales se puede reconocer al Ecuador. La relación con el oro en el caso de las obras de María José Argenzio demuestra la importancia del mismo para la economía del país en la época moderna, y su vinculación histórica con las poblaciones indígenas de los Andes. Al final, hace una clara referencia a lo que es el territorio ecuatoriano y a rasgos culturales que generan identificación entre su población.
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En esta exposición, se presenta un nuevo proyecto, ‘Señora Principal’ (2018). En los siglos XVII y XVIII, los retratos adquirieron una importancia crucial. Dentro de una sociedad cada vez más dominada por la burguesía, las representaciones de individuos lujosamente vestidos al lado de símbolos de pujanza y de riqueza contribuyeron a la afirmación de su poder. La obra es una serie de retratos, que en lugar de enmarcar y perpetuar a un personaje, insinúan su fragilidad.
Ecuador ha sido un país caracterizado por su construcción identitaria hispanista en tiempos modernos. Sus trabajos más recientes, ‘De Nombre y Apellido’ (2017), ‘Notabile y Nobicile’ (2017), ‘Genealogía’ (2015-2017), ‘Stoppages Étalon (versión económica)’ (2015), ‘Banderines’ (2015-2016) y ‘1.729’ (2011), son piezas que ofrecen una mirada crítica sobre las aspiraciones de las clases sociales altas y las oligarquías en el Ecuador. Por otro lado, ‘Chiquita’ (2013), ‘1948 – 1965: ISI’ (2011), y ‘La más castellana de América II’ (2015) hacen explícito que el desarrollo moderno está construido con base en un pasado colonial; el relato y la identidad nacional se enfrentan a una crisis de representación simbólica por su descendencia mestiza y su negación de lo indígena, evidenciando una genealogía frágil. Finalmente ‘25.000’ (2011), a casi 20 años de la dolarización en el Ecuador y de la perdida del sucre, la obra nos recuerda un momento oscuro acerca de la historia económica del país.
‘Frágil Genealogía’ aborda la construcción colonial de las identidades y la imposición de un modelo de discriminación y racismo en América Latina. En este sentido, la muestra deja una puerta abierta a la reconstrucción de epistemologías críticas en relación al pasado colonial y al desarrollo moderno en la historia del Ecuador y evidencia que, hasta que los sujetos no sean capaces de lidiar con las barreras sociales y psicológicas para abordar las injusticias históricas, es probable que construyan y mantengan estructuras sociales, culturales y económicas excluyentes, racistas y violentas.
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María José Argenzio. Genealogía. Arosemena (2017); Serigrafía sobre tela de Chifón y soporte de madera de Guayacán; 0,40 x 0,83 x 0,30 m.
Genealogía. Nebot (2017); Serigrafía sobre tela de Chifón y soporte de madera de Guayacán; 0,40 x 0,83 x 0,30 m.
Genealogía. Noboa (2017); Serigrafía sobre tela de Chifón y soporte de madera de Guayacán; 0,40 x 0,83 x 0,30 m.
La más castellana de América (2015); Moldes de cemento parcialmente cubiertos en pan de oro; 0,21 x 0,90 x 0.45 cm.
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María José Argenzio. Chiquita (2013); Bananas hechas de resinas y cubiertas en pan de oro sobre almohadón de terciopelo negro; 0,18 x 0,39 x 0,39 m.
Banderines (2015-2016); Tela de algodón bordada a mano con hilo de rayón y madera de Guayacán; 1.17 x 0,99 m c/u.
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María José Argenzio. Chiquita (2013). Bananas hechas de resinas y cubiertas en pan de oro sobre almohadón de terciopelo negro. 0,18 x 0,39 x 0,39 m
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María José Argenzio. More Nobilium (2015); Madera de Guayacán, terciopelo negro y papel japonés cubierto de orete; 0,11 x 0,69 x 0,20 m.
1949-1965: ISIS (2011); De la serie 1949-1965: ISIS /Objeto No. 2; Pigmento sobre papel de algodón y madera tallada cubierto de pan de oro; 0,73 x 0,83 m.
María José Argenzio. More Nobilium (2015); Madera de Guayacán, terciopelo negro y papel japonés cubierto de orete; 0,11 x 0,69 x 0,20 m.
1949-1965: ISIS (2011); De la serie 1949-1965: ISIS /Objeto No. 2; Pigmento sobre papel de algodón y madera tallada cubierto de pan de oro; 0,73 x 0,83 m.
Stoppages Étalon (versión económica) (2015); Madera de Guayacán con aplicaciones de bronce y papel japonés cubierto con
orete; 0,89 x 1.83 x 0,84 m.
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María José Argenzio. Stoppages Étalon (versión económica) (2015); Madera de Guayacán con aplicaciones de bronce y papel japonés cubierto con orete; 0,89 x 1.83 x 0,84 m.
1949-1965: ISIS (2011); De la serie 1949-1965: ISIS /Objeto No. 1; Pigmento sobre papel de algodón y madera tallada cubierto de pan de oro; 0,68 x 0,85 m.
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María José Argenzio. 25.000 (2011); Monedas de 1 sucre cubiertas en pan de oro y urna hecha de Guayacán, terciopelo negro y vidrio; 0,87 x 2.05 x 1.04 m
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