El proyecto Estudio sobre El Corazón de los Andes de Gonzalo Vargas, expuesto en la galería N24 hasta el 4 de septiembre, presenta un estudio multidisciplinar en torno a la obra The Heart of the Andes (1859) del norteamericano Frederic Edwin Church, quien influyó notablemente en el desarrollo del género paisajístico en el Ecuador en el siglo XIX.
En la tradición artística un estudio constituye el momento previo a la realización de una gran obra; Vargas recorre el camino inverso, su punto de partida es la certidumbre de la pintura emblemática, la reconocida trayectoria de su autor, y lo que ella representa en la historia de las imágenes occidentales de América Latina. El artista elude los recursos pictóricos y se decanta, más bien, por la fotografía, la escultura, el sonido y las fuentes históricas.
Dramáticamente, sin alusión precisa al paso del tiempo, las imágenes de Vargas representan volcanes nevados de los Andes ecuatorianos, el Cotopaxi y el Chimborazo, hitos de la así llamada geografía nacional del Ecuador. La mirada de Vargas coquetea con las convenciones iconográficas que han moldeado, a lo largo de décadas, un determinado modo de ver a estos colosos; pero también las elude a través de un regodeo visual en las formas: la nieve, las rocas, la vegetación se convierten en motivos suficientes para recrear nuevos paisajes de nuestros volcanes.
Gonzalo Vargas. Estudio de El Corazón de los Andes (2019-2020). Fotografías del volcán Cotopaxi.
La atención al detalle, el no dejarse someter únicamente por la grandilocuencia de una imponente geografía, le permite a Vargas conjugar los puntos de vista de un explorador situado. Es curioso que algunas fotografías incluso abandonen el referente de los volcanes, y deriven en el formalismo y lo estético como prioridad. Si contextualizamos este proyecto en la carrera del artista, seguramente podremos desprender una reflexión crítica sobre las políticas de la representación, particularmente con respecto a la relación entre el paisaje y la apropiación simbólica de los territorios. Sin embargo, Estudio sobre El Corazón de los Andes también plantea otras preguntas: ¿Qué nos susurra al oído la belleza de estas imágenes?
Vargas no escatima en el tratamiento pictórico de las fotografías. Se excede en la armonía de las formas geológicas, el equilibrio de la composición, la iluminación contrastada, la sobriedad de la escala de grises… Sus paisajes son sobrecogedores, la puesta en escena del mundo volcánico es trágica: “Qué son los hombres junto a las rocas y las montañas”, parece decirnos la fotografía como un testimonio perdurable. El legado del paisaje romántico gravita sobre estas obras, tanto como el de fotógrafos como Ansel Adams.
Gonzalo Vargas. Estudio de El Corazón de los Andes (2019-2020). Fotografía del volcán Cotopaxi.
Grabado del volcán Chimborazo que aparece en el libro Geografía de la República del Ecuador (1858) de Manuel Villavicencio
Sin embargo, hay un punto de quiebre cuando Vargas decide incorporar otros medios para estudiar el paisaje. Esto es evidente en el montaje, que lleva a pensar en el contexto histórico de la obra de Church. La estrecha relación entre estética y ciencia positivista en el siglo XIX (cuyo gran referente es la obra Cosmos de Alexander von Humboldt) es aludida a través de prototipos escultóricos de modelados cartográficos de los volcanes, fabricados en bronce. Vargas trabajó con el geógrafo Cristian Suárez para el levantamiento de datos topográficos, y los recreó a través de visualizaciones en 3D. Asimismo, el proyecto incluye la exposición del libro Geografía de la República del Ecuador de Manuel Villavicencio, publicada en 1858, un año antes de la creación de El Corazón de los Andes.
Gonzalo Vargas. Estudio de El Corazón de los Andes (2019-2020). Fotografía del volcán Cotopaxi.
Modelado 3D del volcán Chimborazo, producción colaborativa entre el artista Gonzalo Vargas y el geógrafo Cristian Suárez (2019-202)
Gonzalo Vargas. Estudio de El Corazón de los Andes (2019-2020). Escultura en bronce del volcán Cotopaxi.
El montaje de esta propuesta en la galería enfatiza la heterogeneidad de las tecnologías que han posibilitado una determinada imagen de los Andes: desde la imprenta y la fotografía documental hasta el sintetizador de sonido y el modelado en tercera dimensión. Este es un aspecto fundamental de la muestra, ya que no sólo se trata de dramáticos paisajes.
Compartimos un texto y fotografías de Gonzalo Vargas, el ensayo curatorial de Rodolfo Kronfle Chambers y la documentación de la muestra realizada por Pepe Avilés.
Ana Rosa Valdez
Paralaje
Gonzalo Vargas: Estudios sobre El Corazón de los Andes
Por Rodolfo Kronfle Chambers
A partir de la primavera de 1859 se comenzó a mostrar El Corazón de los Andes de Frederick Edwin Church a un numeroso y embelesado público en Nueva York, varias ciudades de los Estados Unidos y Londres. Hasta entonces no se había dado una sensación tal en la historia del arte norteamericano, un éxito sin precedentes que llegó a convertirla en su pintura más influyente. Se estima que el día del cierre de su exhibición en Manhattan circularon por la Ten Gallery más de 6,000 personas que pagaban 25 centavos por verla, muchas de ellas usando binoculares de ópera para gozar de los pequeños detalles y la exuberante vegetación.
El llamado evocativo de los viajes de Humboldt a comienzos del siglo XIX tuvo una resonancia particular en Church, que se erigió como su más conspicuo discípulo-artista, habiendo producido un excepcional repertorio visual de primera mano que daba cuenta del ánimo que insuflaba el naturalista alemán en los pintores. El mismo Church reivindicaba ser el “Humboldt artístico” del nuevo mundo. El Corazón de los Andes es el summum de una era donde por lo menos 30 artistas-exploradores viajaron a los trópicos en busca de escenarios exóticos, alentados tanto por el espíritu explorador de las décadas previas como por la narrativa edénica que configuraban los paisajes del sur del continente: los dos viajes de Church al Ecuador (1853 y 1857) se han enfocado como una búsqueda del paraíso en la Tierra, siendo el subcontinente -en la mente norteamericana de aquel entonces- una representación del mundo como existió en sus orígenes. Curiosamente, como fin metafórico al romanticismo de tal empresa, hacia fines de aquel 1859, se publica “El origen de las especies” de Darwin, que supone un lento adiós a aquellas creencias y el afianzamiento definitivo de la teoría científica y su secularización.
Frederic Church. The Hear of the Andes (1859). Óleo sobre lienzo, 1.68 m x 3.03 m.
Gonzalo Vargas. Estudio sobre El Corazón de los Andes (2019-2020). Fotografías y escultura en bronce del volcán Cotopaxi.
Algunos historiadores hilvanan una relación exagerada entre la “fascinación pictórica” de paisajes como los de Church y el afán de “expansionismo territorial” estadounidense. Siguiendo este hilo se puede inducir a enfocar la investigación de Gonzalo Vargas bajo la abusada lente académica de la lógica decolonial, pero aquello sería empequeñecer de manera egoísta su trabajo reduciéndolo a un proyecto intelectualoide. Yo me quedo con el franco goce que genera la calidad de sus imágenes y el transparente asombro que transmite su mirada. Si hay algo que motiva a Vargas a seguir las pistas de exploradores del pasado esto parece ser el perseguir el deslumbramiento en sí mismo, un móvil desprovisto de cinismo, empeñado en re-interpretar/re-crear la maravilla del acontecer primero que suscita todo encuentro y hallazgo. El lúdico diálogo que provocan estos “estudios” centrados en los volcanes Chimborazo y Cotopaxi, y el contraste significante que logra entre herramientas de representación y tecnologías del presente y el pasado, permiten preguntarnos por cuestiones que habitan en otro plano de la experiencia humana y que, tal vez, aún quedan por descubrir.
Rodolfo Kronfle Chambers
Cuarentena 2020
Estudios del volcán Chimborazo
Gonzalo Vargas. Estudio sobre El Corazón de los Andes (2019-2020). Escultura en bronce del volcán Chimborazo.
Estudios del volcán Cotopaxi
Documentación de la muestra por Pepe Avilés
Catálogo – Estudios sobre El Corazon de los Andes de Gonzalo Vargas
