Entrevista por Ana Rosa Valdez
En un reportaje publicado el 14 de junio en el diario El Comercio, el ministro de Cultura y Patrimonio anunció la decisión definitiva de trasladar bienes culturales que se encuentra en el edificio Aranjuez (actualmente en riesgo) a la exsede de Unasur. Frente a esta declaración, en Paralaje publicamos un artículo con opiniones de Carmen Fernández-Salvador, Santiago Cabrera y Trinidad Pérez, miembros de la Coalición por la Defensa del Patrimonio, quienes cuestionan la medida. El viernes 26 de junio, a las 22h30, el ministro Velasco difundió en su cuenta de Twitter los informes y documentos relativos al traslado de las colecciones de arte y arqueología a Unasur. Recién en este momento la institución compartió información que debía ser pública.
Entre este compendio se encuentra el “Informe opciones de edificios para traslado de reservas de arte, arqueología, fondos documentales y bibliográficos ubicados en el Edificio Aranjuez de la ciudad de Quito”, suscrito el 12 de mayo de 2020 por la entonces subsecretaria de Memoria Social Yadhira Álvarez. En el documento se menciona que la mejor opción es el edificio de Unasur, y que se debería evaluar la pertinencia de trasladar también el Museo Nacional.
En esta segunda entrega de Paralaje presentamos una entrevista con el historiador Guillermo Bustos, docente de la Universidad Andina Simón Bolívar y editor de Procesos Revista Ecuatoriana de Historia, quien sostiene que el referido informe tiene deficiencias técnicas y contradicciones. Desde la Coalición por la Defensa del Patrimonio, se sugiere relocalizar las reservas en la propia Casa de la Cultura, junto al Museo Nacional; y los fondos bibliográficos y documentales, en el edificio de la ex Embajada de Estados Unidos.
Lista de documentos publicados por el Ministerio de Cultura y Patrimonio el 26 de junio de 2020 con respecto al traslado de bienes culturales al edificio de Unasur. Disponibles en: https://siic.culturaypatrimonio.gob.ec/index.php/traslado-reservas-edificio-aranjuez/
Entre los documentos publicados por el Ministerio de Cultura y Patrimonio sobre el traslado de bienes culturales al edificio de Unasur, se encuentra el “Informe opciones de edificios para traslado de reservas de arte, arqueología, fondos documentales y bibliográficos ubicados en el Edificio Aranjuez de la ciudad de Quito”, suscrito el 12 de mayo de 2020 por la entonces subsecretaria de Memoria Social Yadhira Álvarez. El documento es clave para conocer la justificación técnica de esta medida. ¿Cuál es su valoración de este informe?
El informe se destaca por recomendar, de manera velada, un acto de dilapidación de recursos públicos y por presentar serias deficiencias y contradicciones técnicas. Recomienda no solo trasladar las reservas sino el propio Museo Nacional a la Mitad del Mundo. A este respecto, conviene tener presente la fecha en que el informe fue presentado, me refiero a que se lo hizo en plena pandemia de Covid-19, en un contexto de grave crisis económica y de las angustiosas carencias e imperiosas necesidades que padece el sistema público de atención a la salud. En medio de estas circunstancias, que son las que desgraciadamente tendremos en el mediano plazo, se recomienda desmontar el MuNa, que fue precisamente inaugurado por este mismo régimen hace dos años, a un costo de más de un millón y medio de dólares. Recomendar la dilapidación de esta cuantiosa inversión convierte al informe y a la decisión ministerial en algo oprobioso. El informe es poco transparente, pues tampoco dice nada respecto a cuánto costaría readecuar el edificio de la ex UNASUR y cuál sería la suma de la nueva inversión para volver a montar el Museo Nacional.
De otro lado, el informe contiene severas deficiencias y contradicciones técnicas. Los criterios con los que se elaboró lucen sesgados, esto es dirigidos a que uno de los doce inmuebles analizados sea el que obtenga la puntuación más alta. ¿Cuáles son las características que el informe atribuye al edificio de Unasur? Se dice que fue recientemente construido, que tiene circuito cerrado de televisión, que reúne condiciones de seguridad, y tiene más de 11 mil metros de espacio. Al mismo tiempo, no consta ningún análisis, fuera de un cuadro general, acerca de las otras edificaciones que aparentemente también fueron consideradas. ¿Cuáles son las características de las otras edificaciones, por ejemplo, la sede matriz del Banco Central, la Casa de la Cultura o la ex embajada de los Estados unidos? En este marco, el informe descuida valorar dos criterios que son fundamentales a la problemática en cuestión: la distancia entre el Museo Nacional y sus reservas; y la accesibilidad del público. Actualmente, las reservas que están en el Edificio Aranjuez, se sitúan a unas pocas cuadras del MuNa, localizado dentro de la Casa de la Cultura. Aquí viene lo extraño: en vez de buscar la reubicación de dichas reservas dentro de un perímetro cercano al actual museo, se prefiere alejarlas a unos 30 km de distancia. En cuanto a la accesibilidad del público, el informe no dice nada sustancial. A la Mitad del Mundo, como se sabe, solo se puede llegar por medio de transporte privado o por una línea de buses generalmente repleta. Una de las perlas de este informe es que considera la cuestión del acceso en término de las facilidades de parqueo de vehículos particulares y no de una consideración técnicamente informada sobre los medios de transporte “público” que garanticen una facilidad de acceso de la gente a ese lugar.
Este informe está basado, además, en una contradicción técnica y un equívoco que a mi modo de ver es muy grave. ¿En qué parte de la ley se dice que el Museo Nacional puede fagocitar o absorber a las colecciones bibliográficas y los documentos históricos? ¿Cuándo y por medio de qué disposiciones normativas disparatadas se adscribió arbitrariamente las bibliotecas y los archivos históricos a los museos? ¿Cómo se puede confundir la gestión de bienes museables con la gestión de libros que integran una biblioteca, o de documentos históricos, propios de un archivo? ¿Desde cuándo y por qué absurdo criterio los reputados fondos bibliográficos o documentales Jijón o Barrera pasaron a ser reducidos a una parte de la “reserva” del Museo Nacional? Lo dicho revela una inefable ignorancia respecto del manejo técnico del patrimonio por parte de quienes concibieron y expidieron estas disposiciones. El ministerio de Cultura resulta ser una entidad que hasta el momento no sabe qué hacer con los bienes culturales que le traspasó el Banco Central; y que los mal cuida con normas arbitrarias que exponen a que el país haga el ridículo en el concierto internacional.
Lo dicho se evidencia en la lista de informes y documentos que el Ministerio se ve obligado a publicar en un portal, a partir del reclamo de la Coalición por la defensa del patrimonio, se incluye el Acuerdo Ministerial No. DM-2020-064, expedido hace poco. En el artículo 6 de este documento, relativo a la “Distribución de Reservas y Fondos Documentales para la Administración Técnica”, se indica que bajo el Museo Nacional se sitúan los fondos de la biblioteca de Ciencias Humanas, los fondos bibliográficos que están en Chillogallo, Ibarra y Esmeraldas, y los fondos documentales del Archivo Histórico de Quito y del Archivo Histórico de Ibarra, entre otros. Igual atropello se efectúa al situar el Archivo Histórico del Guayas como parte del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC) de Guayaquil.
Todo esto es muy grave. La decisión del traslado de los bienes del Aranjuez se basa en criterios deleznables y sesgados, así como en normativas antitécnicas y arbitrarias de convertir en reservas de un museo a bienes culturales que pertenecen, por su diferente carácter, a otros registros culturales.
¿Cómo ha sido la relación de la Coalición por la Defensa del Patrimonio con el Ministerio de Cultura?
La Coalición está integrada por profesores e investigadores de varias universidades, no sólo del Ecuador, sino también por ecuatorianistas que trabajan en universidades de Europa y EEUU, así como por estudiantes universitarios, organizaciones profesionales de archiveros y bibliotecarios, expertos en museos y profesionales vinculados a la gestión cultural. Ellos han firmado las comunicaciones que enviamos al ministro. Pero el ministro no se ha dignado responder a ninguna. Resulta insólito su silencio. Una lástima que sólo haya respondido ahora, fundamentando su decisión en un informe ignominioso y deficiente en términos técnicos.
En la Coalición hemos tenido una actitud de búsqueda de diálogo, desde una perspectiva crítica. El ministro se vio en la necesidad de recibirnos la primera vez en enero de este año cuando, ante su falta de respuesta, se organizó un plantón en los exteriores del Ministerio. Nosotros le hemos hecho conocer argumentos de peso en contra del traslado de bienes culturales a Unasur. Pero el ministro no ha demostrado interés por lo que se discutió en las dos reuniones que tuvimos con él. Desde que se anunció el problema de las fallas estructurales del edificio Aranjuez, la tesis, ahora oficial, ya circulaba por determinadas oficinas del ministerio de Cultura. Cuando el gobierno anunció que pasó a controlar el edificio Unasur, el ministro se apresuró a señalar que no existe otra alternativa que llevar los bienes a dicho lugar.
La pregunta que la ciudadanía se hace es si Quito, ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad, realmente carece de una edificación en la cual se pueda reubicar todos los bienes culturales que actualmente se encuentran en el edificio Aranjuez. Es inaudito sostener que no existe ninguna edificación para este efecto y que el único lugar del mundo en el cual se pueden guardar los bienes culturales es Unasur. En este punto cabe preguntarnos por qué la obsecación con Unasur.
La opinión pública puede recordar los anuncios realizados desde el año anterior sobre posibles inversiones de distintos sectores empresariales para convertir a la Mitad del Mundo en un nodo del negocio turístico [Ver información aquí y aquí)]. Cabe preguntar si existe una relación entre aquellos anuncios e intereses particulares y la intención de que las reservas y luego el Museo Nacional sean relocalizados en Unasur. Esta coincidencia pondría en entredicho el carácter público de la gestión del patrimonio cultural y daría lugar a otros cuestionamientos.
Video “El edificio de la Unasur se convertiría en un museo – Teleamazonas” (publicado en junio de 2019)
Los bienes culturales que se encuentran en el edificio Aranjuez deben ser trasladados con urgencia hacia un lugar que garantice la salvaguarda del patrimonio. Si el edificio de Unasur no debe ser una opción por las razones expuestas, ¿qué alternativas sugiere usted para resolver este problema?
Existe una alternativa nítida. Por un lado, el Ministerio debe separar a las colecciones bibliográficas y documentales de lo que indebidamente llamó “reservas del MuNa”. Esto significa que el espacio necesario para guardar las reservas propiamente dichas del Museo Nacional disminuye a unos 4200 m2; mientras que el espacio requerido para alojar los libros y los documentos históricos sería de alrededor de 2700 m2. Sobre la base de este criterio “técnico” de deslinde se podría realizar el escogimiento de las edificaciones apropiadas para realizar el traslado ulterior. ¿Cuál es la lista de edificaciones del sector público (gobierno central y gobiernos locales) que podría albergar estos bienes? El sector público conoce muy bien esta información. Por parte de la Coalición en Defensa del Patrimonio, hemos sugerido, para relocalizar las reservas, la propia Casa de la Cultura, esto es junto al Museo Nacional; y para los fondos bibliográficos y documentales, en cambio, el edificio de la ex Embajada de Estados Unidos.
Imagen de portada: Fotografía de Guillermo Bustos tomada por Carina Acosta. Cortesía de diario El Telégrafo.
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