En el año 2009 la burocracia autoproclamada decolonial del Ministerio de Cultura del Ecuador resolvió cambiar el nombre del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC) de Guayaquil por el de Centro Cultural Libertador Simón Bolívar. La decisión fue tomada desde la sede en Quito, e intentaba cuestionar el referente del museo europeo, moderno y colonial que supuestamente habría reproducido el Banco Central del Ecuador (BCE), entidad que tuvo a su cargo el patrimonio y los espacios culturales públicos del país hasta ese momento.
La idea era convertir al MAAC en un centro cultural “inclusivo”, acorde con la política del gobierno de Rafael Correa. El nombre del Libertador Simón Bolívar reflejaba la búsqueda de “unidad regional” de aquella época. Y, además, hacía honor a la historia de los grandes héroes, patriarcas de los relatos cívicos de la independencia latinoamericana. Lo propio ocurrió con la Plaza de las Artes y Oficios, que pasó a llamarse Centro Cívico Eloy Alfaro. Estas acciones formaron parte de una agenda que buscaba establecer oficialmente al flamante Ministerio de Cultura en la ciudad, e instituir una nueva historia, invisibilizando aquellos procesos culturales desarrollados con anterioridad que no podían ser reabsorbidos por el nuevo discurso político oficial.
El cambio de nombre del MAAC ocurrió arbitrariamente sin ninguna directriz museológica. No fue el reflejo de una decisión técnica, ni el resultado de un diálogo comunitario, sino parte de la ideología decolonial que empapaba el discurso político cultural dominante de aquella época.
(Con ideología decolonial me refiero a la perversión burocrática en la que incurrieron múltiples intelectuales orgánicos, durante el gobierno de Rafael Correa, al castrar la potencia crítica y reflexiva de la teoría decolonial, en función de sostener políticamente a las instituciones culturales del gobierno central, las cuales carecen aún hoy de legitimidad en el sector artístico).
Escasos fueron los actores culturales del puerto que elevaron una voz crítica frente a tal atropello. Algunas opiniones se recogieron en Río Revuelto —plataforma de arte contemporáneo editada por Rodolfo Kronfle Chambers— como las de Saidel Brito, X. Andrade, Patricia León, Aurora Zanabria, Cristian Levi, entre otros.
Con el tiempo el MAAC no sólo perdió su visión museológica original, sino también los fondos necesarios para la programación cultural. Hubo años en los que el presupuesto para las exposiciones fue nulo. Además de ello, bajo la idea del “espacio inclusivo que acoge a todos y todas”, múltiples eventos políticos y de todo tipo se realizarían en ese espacio, desde capacitaciones ministeriales hasta rendiciones de cuenta de entidades públicas. Detrás del discurso demagógico, nunca existió una nueva visión de museo establecida desde el Ministerio de Cultura, ni un sentido de cultura afín al devenir de la escena artística local.
En el año 2012, la misma burocracia asentada en la capital no incluyó al MAAC dentro del Estatuto Orgánico por Procesos del Ministerio de Cultura, a pesar de que este museo ya había sido traspasado desde el BCE a esa Cartera de Estado. Durante años el museo, dependiente de las decisiones del MCYP en Quito, vivió en un estado de precariedad extrema, cuyo clímax fue el colapso del aire acondicionado y las fisuras en la plataforma superior del edificio.
Luego de múltiples reclamos por parte del sector cultural, y la agencia de funcionarios con criterio dentro de ministerio, en el 2018 el MAAC alcanzaría un mínimo de autonomía al convertirse en una entidad operativa desconcentrada (EOD). Este proceso ocurrió durante la dirección de María José Zurita, quien gestionó la restitución del nombre original del museo, como parte de varias acciones encaminadas a reposicionar al museo en la ciudad. Las letras que componían el nombre del centro cultural fueron retiradas del exterior del edificio, y en su lugar se colocó nuevamente el nombre del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo.
En julio de 2019, con motivo de la conmemoración de los 15 años del MAAC, el colectivo de artistas guayaquileños Los Chivox realizó una exposición a manera de performance titulada He arado en el mar. La sala multifuncional del museo se convirtió en sala de velación para despedir al Centro Cultural Libertador Simón Bolívar. Posteriormente, artistas y gestores culturales de la urbe depositaron las letras que componían su nombre en el río Guayas.
La acción despierta inquietudes sobre la efectividad de la crítica institucional cuando ésta se encuentra amparada por la misma entidad en cuestión. Resulta curioso que funcionarios que, en su momento no se opusieron públicamente al cambio del nombre, participaran del evento, en el marco de un clima político donde ya no conlleva un riesgo cuestionar al gobierno anterior.
Agradecemos a Los Chivox (Tyrone Luna, David Orbea, Juan Carlos Vargas y Leo Moyano) por compartir en Paralaje un registro audiovisual y fotografías de la acción, así como un texto del artista Marco Alvarado. Incluimos imágenes de archivo del año 2009 de Río Revuelto como antecedentes de la obra artística.
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Los Chivox. He arado en el mar. Invitación a la ceremonia de velación del Centro Cultural Libertador Simón Bolívar, y al cortejo fúnebre. 2019
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Imagen de archivo: Invitación emitida por el Banco Central del Ecuador a la ceremonia de “develizamiento” del Centro Cultural Libertador Simón Bolívar; es decir, la “refundación” del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC) y la Plaza de las Artes y Oficios. 2009
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Los Chivox. He arado en el mar. Imágenes del proceso previo a la acción. 2019
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Los Chivox. He arado en el mar. Montaje de la sala de velación. 2019
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Los Chivox. He arado en el mar. Sala de Velación (en la sala multifuncional del MAAC). 2019
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Los Chivox. He arado en el mar. Exteriores de la sala de Velación (en la sala multifuncional del MAAC). 2019
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Los Chivox. He arado en el mar. Cortejo fúnebre. 2019
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He arado en el mar
Por Marco Alvarado
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“En presencia de simpatizantes y de quienes paseaban por el malecón Simón Bolívar, anoche el primer mandatario, Rafael Correa, develó el nuevo nombre de la infraestructura que antes conformaba el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC), la biblioteca, los talleres, el auditorio MAAC Cine y la librería.
Ahora su denominación es Centro Cultural Libertador Simón Bolívar, el cual resalta con luces de color azul en los exteriores de las instalaciones.”
Diario El Universo, julio 25, 2009
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Durante casi 10 años las operaciones artísticas, administrativas y de gestión cultural funcionaron bajo el nombre de Centro Cultural Libertador Simón Bolívar hasta que, gracias a gestiones realizadas por la actual Dirección del Museo, se recupera el nombre de MAAC, Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo.
“He arado en el mar” es una convocatoria pública que realiza el colectivo Los Chivox para asistir al velatorio y sepultura del rótulo del Centro Cultural Simón Bolívar, un título que en la práctica enmarcó el devenir de las incapacidades del sistema de poder predominantemente nacionalista y populista que se posicionaba en el Estado, y que a través de innumerables convocatorias a la participación ciudadana, desplegó una serie de simulacros de consenso, no precisamente inclusivos ni divergentes.
Hoy, cuando presenciamos el aparente develamiento de la magnitud de la corrupción institucionalizada en el gobierno, podríamos concluir que siempre se estuvo trabajando a favor del programa neoliberal global, que se complementa con la implementación de las industrias culturales. Algo que hoy se promueve desde todas las instituciones públicas.
De allí que no sería raro suponer que, al igual que ocurre en otros países en Latinoamérica, se busque fusionar los ministerios de cultura y turismo y que dichas franjas de oficialidad continúen invisibilizando las economías simbólicas de quienes no funcionan para el beneficio de las mismas castas de poder fundacional que hoy vemos ampliarse globalmente.
Por eso consideramos pertinente, no solo asistir al sepelio de lo nefasto, sino también ejercer presión social para que en verdad el MAAC recupere con su nombre y autonomía, las funciones de Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo para las que fue creado. Caso contrario, habremos arado en el río.
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ARTÍCULOS DE PRENSA
Sobre la acción “He arado en el mar” de Los Chivox
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Curiosamente este operativo revisionista se asemeja al que perpetró el Municipio de Guayaquil que cambió el nombre de Simón Bolívar al aeropuerto de la ciudad. ¿Será mera coincidencia?