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«Iruru muyu / Perímetro / Umfang». Exposición colectiva en el Centro de Arte Contemporáneo de Quito

La exposición “Iruru muyu / Perímetro / Umfang” conformada artistas de Ecuador y Alemania fue presentada 23 de septiembre del 2021 al 6 de febrero de 2022, en las instalaciones del Centro de Arte Contemporáneo de Quito. Compartimos el texto curatorial de Eduardo Carrera R. y un registro de la muestra, cortesía del CAC.

Los artista participantes de la muestra son: Sofía Acosta (Ecuador), Angélica Alomoto (Ecuador), Patricio Dalgo (Ecuador), Kerstin Honeit (Alemania), Manai Kowii / Dominga Antun / Pacha Alta (Ecuador), Mario Pfeifer (Alemania), Julian Rosefeldt (Alemania), Pola Sieverding (Alemania), Gonzalo Vargas (Ecuador), Tobias Zielony (Alemania).

Texto curatorial por Eduardo Carrera R

Estamos viviendo un momento de intensa reconfiguración. Desafiar formas organizativas previamente consideradas estables es una constante global, al tiempo que se hacen evidentes experiencias que, a menudo, han sido representadas aisladas, como las relaciones mutuas entre seres humanos y no humanos con la economía, el territorio, la ecología y la política. Nos encontramos ante un período complejo, que parece representar el final de una era de desarrollismos generalizados de nuestras sociedades y entornos.

Las obras en esta exhibición construyen una línea de pensamiento que aborda problemáticas relativas a los conceptos de perímetro, espacialidad, migración, modernidad, colonialidad, género, ecologías y tecnologías; y examinan las maneras complejas en las que se configuran las nociones sobre el territorio, los extractivismos y la relación de los seres humanos con su entorno natural. La exposición se presenta como una propuesta orgánica hacia otras formas de crear universos simbólicos y narrativas otras sobre los lugares que habitamos y cómo los habitamos.

Esta muestra reúne una serie de prácticas artísticas que buscan interpretar la experiencia humana y su intervención en el mundo, tomando en cuenta las formas de organización social, afectiva y natural. Presenta varios acercamientos desde los cuerpos y subjetividades de los y las artistas, a entornos y aspectos de naturaleza ecológica, económica y política. Es necesario comprender que las prácticas artísticas contemporáneas ya no pueden centrarse solo en la experiencia humana; en ellas se reconoce el final de la división occidental clásica entre naturaleza y cultura. Tanto la antropología como el arte contemporáneo abrazan juntos animales, plantas, piedras y máquinas: reintegran la cultura en la naturaleza.

Gonzalo Vargas M. PROYECTO PARA UNA PERRADA (I.Mascarada). Máscaras de madera tallada, cubiertas de grafito, montadas sobre trípodes de metal 164 x 30 x 34 cm. 2021.
Patricio Dalgo-Toledo, FACULTATEM AUDIENDI SUNT*. Instalación sonora, Tinta sobre cartulina de 500 g 102,5 cm de ancho x 72 cm de alto. 2019.

Pola Sieverding. The Epic. Video HD y sonido. 24’00’’. 2016.

Las obras de Gonzalos Vargas, Patricio Dalgo y Pola Silverg, funcionan como representaciones del encuentro: encuentro entre humano, animales y elementos naturales como el viento. Esos espacios y relaciones que compartimos y como la experiencia de existir es una metáfora del no estar solos.

En una puesta en escena, dos máscaras talladas en madera y recubiertas de grafito, tienen una conversación imposible: Becerrillo y Yagán. Estos canes, con ayuda de la historia crítica, exponen eventos como el inicio de la colonización americana, el exterminio de pueblos originarios y sus consecuencias en la fauna del continente. Se toma a Becerrillo, porque fue utilizado por Juan Ponce de León, para dar caza a los indígenas taínos de Puerto Rico, uno de los primeros enclaves de la colonización americana. Casi 400 años después, se puede ver otro fenómeno de la colonización: la extinción del Yagán (can nativo de la Tierra de Fuego) es una repercusión del exterminio de los Selk’nam en la Tierra del Fuego, dada por la expansión de las fronteras agropecuarias en territorios indígenas.

Basándonos en gráficas de mediciones de estaciones climáticas, para la dirección y velocidad del viento, mediante el uso de veletas y anemógrafos, Patricio Dalgo generó una suerte de patrones gráficos que luego determinaron formas tridimensionales y se materializaron físicamente en el diseño de campanas acústicas, dispuestas en distintos espacios, invitando a realizar una aproximación a la escucha de variaciones audibles mínimas del movimiento del viento. Se trata de un dispositivo que nos acerca a la experiencia no humana: el viento nos acaricia los oídos, nos susurra su existencia.

En The Epic, la cámara gira alrededor de dos boxeadores como un grupo de esculturas, definiendo así el espacio en el que sus cuerpos chocan entre sí. En las tomas que siguen, la cámara se mueve y gira gradualmente 360 ​​grados alrededor de los boxeadores en movimiento, mientras, primero, se miden el uno al otro con los ojos, luego bailan alrededor de su enemigo y compañero, y, por fin, comienza a pelear con los puños. El tercer acto de la película se concentra en el momento en el que los luchadores están abrazados, en lo que se llama un clinch. Este abrazo es un momento de ambigüedad: un parpadeo entre el cansancio y el quiebre, el acercamiento y la rendición. También es un momento de inmensa sensualidad y violencia.

Las obras de Sofia Acosta, Tobias Zielony y Mario Pfeifer son introspecciones a territorios específicos: la Amazonía Ecuatoriana, la costa de Malta y Lagos en Nigeria. Son territorios en los que los desarrollismos, el extractivismo de petróleo y la violencia colonial construyen experiencias particulares sobre los territorios.

Tobias Zielony. Hurd’s Bank. Video monocanal en HD, color y sonido. Edicion de 8 + 2AP. 14’55’’. 2019.
Sofía Acosta-Varea en colaboración con Archivo Visual Amazónico, Llego Films, Juliana Avilés y Nicolás Cevallos. Capítulo 01: Petróleo. Parte del proyecto El Oriente es un mito. Video instalación. Archivos de la Clínica Ambiental. 02’35’’. 2021.
Mario Pfeifer. Point of No Return. Video instalación en 4K. 24’00’’. 2017.

En Capítulo 01: Petróleo, Sofia Acosta, busca resignificar la selva ecuatoriana, situándola en el marco de un paisaje en decadencia. Aquí, los límites entre lo humano y lo no humano, la utopía y la distopía, conviven enfrentados en una permanente y compleja relación dialéctica: la vida en abundancia y la codicia destructora comparten los entretelones selváticos. Capítulo 01: Petróleo tiene como punto de partida un video de archivo del 26 de junio de 1972. Ese día, el crudo extraído de la Amazonía ecuatoriana viaja por primera vez. Comienza el trayecto por el Oleoducto Transecuatoriano de Lago Agrio a Esmeraldas y es recogido en la Terminal de Balao. Un par de días después, es trasladado en barriles a la ciudad de Quito y las demás provincias del país. Este archivo en video remite a una falsa promesa de modernidad, con la que se vive hasta ahora.

Tobias Zielony viajó a la lejana frontera de la Unión Europea y, con la ayuda de un telescopio, filmó, a millas de distancia, los movimientos de los barcos en Hurd’s Bank, donde los petroleros de Libia y otros puertos comercian crudo en aguas internacionales y lo venden de manera irregular. El artista observa un espacio más allá de la legalidad, buscando explicaciones sobre el asesinato de la periodista Daphne Caruana Galizia, el entrelazamiento de la mafia con la política, el comercio petrolero, la corrupción y el derecho internacional. Mientras las imágenes capturan el lejano mar frente a la isla, Malta se erige sobre un espacio que evade la ley, crea sus propios derechos, mata y, al mismo tiempo, permanece intacto.

Point of No Return es una referencia a los antiguos puertos de esclavos situados a lo largo de la costa atlántica, donde miles de personas fueron enviadas a las Américas, sin esperanza de volver jamás. La antigua isla de los traficantes de esclavos en Badagry (Estado de Lagos, Nigeria), cerca de la frontera con Benín, lleva este nombre. El video acerca al espectador a la realidad de la isla y la megalópolis que es Lagos hoy: una colonia de pescadores, aparentemente ideal, en el lugar donde se traficaban esclavos, así como una gran ciudad en crecimiento, marcada por la microeconomía, la hegemonía colonial, la explotación liberal y la corrupción masiva.

En la siguiente sala expositiva encontramos las obras de Angélica Alomoto, Manai Kowii, Julian Rosefeldt y Kerstin Honeit. En esta sala contrastan experiencias sensibles desde lo ecológico y lo natural con una hiper-modernidad-apocalíptica.

Angélica Alomoto, Retorno, 2008, Escultura (instalación) sonora tejida con fibra, natural, en metal, 600 x 200 cm, 05’00’’
Manai Kowii (instalación) y Dominga Antun (canto). Nunkui. Instalación sonora. Cinco mates y una canción. Medidas variables. 2019.
Julian Rosefeldt. In the Land of Drought. Video monocanal en HD. Relación de aspecto 2,35:1. Bucle de 43’15’’. 2015-2017.

Kerstin Honeit. [ˈzi:lo]5. Video instalación en 4K, color y sonido. 17’17’’. 2019.

Nunkui es un homenaje a las mujeres de pueblos y nacionalidades que, día a día, luchan contra la invasión minera y petrolera. En Ecuador varios territorios han sido concesionados a empresas mineras y petroleras, violentando los derechos colectivos de varios pueblos. Las mujeres han sido una agencia fundamental en esa defensa de la naturaleza y el agua. Es por ello que la obra busca visibilizar estas luchas. Manai considera que, como pueblos, debemos mantenernos unidos en la defensa de nuestros derechos colectivos, solidarizarnos y generar un gran tejido de hermandad. Esta instalación, que simboliza la unión, es un llamado a todxs para proteger la naturaleza.

Retorno es una instalación sonora inmersiva, realizada en una estructura metálica, cubierta con hojas y tallos de lizam tejidos. La escultura se asemeja a un embudo o a un instrumento musical. De igual manera, hace referencia a las trampas de pesca utilizadas en los ríos amazónicos. Al ingresar a la instalación, las personas pueden escuchar sonidos de la selva amazónica ecuatoriana. Sin duda, una pieza que activa discusiones sobre la selva y los debates ecológicos.

In the Land of Drought (2015 / 2017) confronta la relación entre el hombre y su impacto en el mundo. Ambientada con sonidos atmosféricos y un zumbido palpitante, la pieza, de 43 minutos, mira al pasado, desde un futuro imaginado sobre el post-Antropoceno: las secuelas de la significativa influencia humana en la tierra. Un ejército de científicos parece investigar arqueológicamente los restos de la civilización, después de que la humanidad se extinguió. Tomadas en su totalidad con un dron, las imágenes de Rosefeldt se ciernen meditativamente sobre el desolado paisaje y las ruinas. Connotando vigilancia, la vista de pájaro del dron elimina la perspectiva humana, con nosotros, los espectadores, permaneciendo a distancia en todo momento.

El silo 5, que alguna vez fue el granero más grande del mundo, fue celebrado por el arquitecto Le Corbusier en 1927, como una proyección hacia una modernidad utópica y un futuro estético de la arquitectura. Desde la década de 1990, el gigantesco complejo de silos de Montreal ha sido una ruina industrial, demasiado grande para ser demolido. El granero abandonado, ahora un monumento involuntario al extractivismo colonial global, marca el punto de partida para la pieza de video [ˈzi: lo] 5 de la artista Kerstin Honeit. La obra permite escuchar cómo suena la crisis de la civilización industrial o moderna, a través del ruido de esta arquitectura neocolonial de acumulación. Mediante una compilación de gestos y tecnologías de conservación, plantea también cuestiones concernientes a sobreescribir, eliminar, reescribir y rehacer para una activación futura.

En este sentido, el fenómeno del Antropoceno atraviesa la exhibición, ya que el impacto de las actividades humanas en la naturaleza genera un mundo entrelazado, en el que el arte se ha convertido en una forma de situar la experiencia de una vida interespecie, conectando humanos y no humanos, ficción y realidad. A través de la selección de obras y artistas, esta exposición genera narrativas sobre un mundo híbrido y globalizado y enuncia urgencias que se hacen presentes en los territorios y en los cuerpos.

Orientada a la metamorfosis que marca esta época, la muestra contextualiza la actual falta de estabilidad de formas y lenguajes para presentar visiones diversas del mundo contemporáneo. Nuestro planeta es multiespecie y multidimensional. Otras miradas del cosmos siempre han estado aquí y la necesidad de una imaginación política que potencie la diferencia es cada vez más necesaria en la artesanía de los afectos que tejen las relaciones con nuestro entorno.

 

Créditos fotografías:

Centro de Arte Contemporáneo de Quito
Stills de vídeo / Cortesia de los artistas
Juan S. Jaramillo para Radio COCOA

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