Por Susan Rocha
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El circuito del arte está constituido por actores y gestores culturales, academia, museos y crítica, dentro de ellos la escritura es fundamental porque genera archivo y, agrega valor al campo (de acuerdo con Bourdieu). La crítica, la historia del arte, el pensamiento artístico y la gestión cultural reflexionadas desde el contexto local pueden generar nuevos repertorios, relecturas, reinscripciones y reescrituras que doten de nuevos sentidos al arte.
Desde la década de los noventa, estas reflexiones se han producido como esfuerzos independientes con escaso o nulo financiamiento, como el CEAC por ejemplo. Algunas instituciones centran sus investigaciones en las colecciones, sin considerar los contextos que posibilitaron la producción y la circulación de los bienes culturales que salvaguardan. Cabe señalar, adicionalmente, que la escritura crítica se ha producido fundamentalemnte sobre las artes visuales, las literarias y la historia del arte, mientras que las artes del espectáculo, e incluso los campos anteriores, poseen publicaciones trazadas desde el gusto o el estado de ánimo que terminan siendo más un memorial de eventos que una opinión aguda reflexión.
Estos procesos de escritura parten de archivos y colecciones fragmentados, a veces desordenados y en ocasiones inaccesibles; sin una catalogación adecuada. Los fondos para investigación, nunca han sido abundantes; sin embargo, están disminuyendo debido a la crisis económica. Los periódicos muchas veces se limitan a replicar los boletines institucionales o a elogiar a actores y gestores culturales.
Lamentablemente, la crítica del arte ha estado dominada por un enfoque impresionista, que fue ejercido como una posibilidad pedagógica durante los primeros años del siglo XX, pero que se ha convertido en una latencia retórica practicada con algo de formalismo por arquitectos y literatos perdiendo la profundidad inicial. Otras formas de escritura han intentado o intentan traducir lo que el arte quiere decir para aquellos que no lo comprenden, usando los modelos de la crítica puente y de la pedagogía conductista; o simplemente limitan su debate a problemas de comprensión etaria, siguiendo ideas dogmáticas sobre el deber ser del arte.
A esto se suma que hay investigadores que se piensan dueños de ciertas temáticas o temporalidades, con la anuencia de ciertas instituciones que prefieren no correr riesgos al apostar por miradas nuevas que deconstruyan y resignifiquen el campo del arte desde lo micro y desde lo transdisciplinar.
Igualmente, la falta de madurez del circuito del arte se evidencia en cuestionamientos viscerales relacionados a coyunturas y a ser parte o no de un círculo de amigos, sin que esto represente realmente un razonamiento y sin que posea un sustento que vaya más allá del resentimiento de quien no fue seleccionado en alguna exposición o no ganó algún premio. Las redes sociales se encuentran llenas de cuestionamientos y elogios a veces poco constructivos y en ocasiones mal informados. Esta postura contrasta con opiniones bien informadas de Paola de la Vega, Malena Bedoya, María Guadalupe Álvarez, Rodolfo Kronfle y otros quienes con sus análisis y comentarios sí construyen una infraestructura crítica reflexiva.
Espacios que realmente construían infraestructura como Río Revuelto, el área de investigación del CAC o la revista del Consejo Nacional de Cultura se han cerrado. Probablemente, los fondos concursables y premios destinados a investigación también desaparezcan, con las reformas educativas planteadas recientemente por el gobierno.
Sin embargo, se vislumbran luces que puede reorientar el camino, ya que la carrera de Historia del Arte fue recientemente creada en la PUCE, e incluso se abrió un postgrado en la Universidad Andina Simón Bolívar, lo que puede aportar con miradas que renueven la visión sobre el pasado. El postgrado de antropología visual de la FLACSO ha encaminado un tipo de investigación desde el arte, relacionado con las ciencias sociales que se visibilizan mediante formatos mediáticos. A esto se suman tres espacios editoriales que apuntan hacia la construcción de archivo y son: la Selecta, Index y Paralaje.xyz, así como el sostenimiento del Premio Mariano Aguilera que incluye la categoría de investigación y curaduría. Estos caminos no se han construido como atajos, sino como vías que aportan con densidad conceptual, con diálogos intersubjetivos, con opiniones reflexivas y con archivos.