La exposición “Zarigüeya VI: Colisiones y ensayos” de Gonzalo Vargas se realizó en el Museo de Arte Precolombino Casa del Alabado del 24 de julio al 10 de octubre, 2021. Publicamos el texto introductorio del Catálogo Zarigüeya 6, escrito por Lucía Durán, el texto curatorial de Manuela Moscoso y un registro fotográfico de la exposición y las obras presentadas.
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Texto introductorio del Catálogo Zarigüeya 6:
Colisiones y Ensayos
El Museo de Arte Precolombino Casa del Alabado presenta la sexta edición del programa de investigación y exhibición Zarigüeya/Alabado Contemporáneo. Se trata de un espacio de indagación y experimentación sobre nuevas conexiones entre la colección del museo y el arte contemporáneo. Invitado por los tres curadores del programa, Manuela Moscoso, Pablo Lafuente y Manuela Ribadeneira, el artista Gonzalo Vargas se suma a una interesante conversación de la que han sido parte Tamar Guimarâes (El Tejido Hablado, 2019), Caroline Achaintre (Escáner, 2018), Adrián Balseca (Horamen, 2017), Osías Yanov (Crisis, 2016), y Asier Mendizabal (Problemas de estilo y vasijas de barro, 2016).
En “Colisiones y ensayos”, Gonzalo Vargas nos propone una lectura capaz de desmontar un sentido común visual construido en torno a prácticas históricas dentro del campo arqueológico, y lo hace a partir de la reutilización de la técnica fotográfica del S. XIX y la digitalización 3D. ¿Qué implicaciones tiene volver a mirar piezas precolombinas, ampliamente registradas en los archivos del coleccionismo y la exploración científica? Sabemos que cada registro transforma los significados del objeto representado, incluso si este ha sido reiteradamente observado, ilustrado y capturado por la cámara, en sus fragmentos, detalles, abstracciones o en su totalidad reconstruida. Y así, cada imagen será una imagen otra, no solo por la técnica, sino por los marcos discursivos y de memoria que le dan sentido o por las adherencias que recibe en su circulación o consumo. En este sentido, podría resultar una obviedad la referencia a las formas de reproductibilidad técnica modernas y sus puntos de fuga, si no fuera porque los usos digitales de la imagen han producido otros “modos de ver” de nuestro tiempo, que constantemente reproducen, construyen o destruyen el sentido común visual moderno y la nostalgia desde el cual nos hemos habituado a percibir el pasado.
Los marcos disciplinares y las formas de registro y producción de conocimiento dentro del campo patrimonial, aún en contextos en que son subvertidos por la crítica descolonizadora, continúan estabilizando y seleccionando solo algunos artefactos como testigos legítimos del tiempo y la historia. Sin embargo, no es menos cierto que las prácticas museales y artísticas contemporáneas hacen posible desestabilizarlas. Sus sentidos se modifican al insertarlos en otros regímenes de sensibilidad y visibilidad capaces de producir una “colisión” con lo previo.
Gonzalo Vargas en efecto produce esta “colisión”, a través de la técnica, materialidad y registro visuales. El resultado, por el abordaje político-estético del artista, contribuye a suspender temporalmente la noción de ritualidad adherida a los artefactos arqueológicos. Solo entonces pueden hablarnos de otro modo. Así, imágenes ya vistas, retornarán en otro registro y, transformadas por el lenguaje estético, nos permitirán aproximamos a lo cotidiano, lo afectivo y lo lúdico.
Vistas de “Zarigüeya VI” en el Museo de Arte Precolombino Casa del Alabado
En Zarigüeya/Alabado Contemporáneo, los artistas seleccionan artefactos del pasado en su proceso de indagación y creación, algunos de ellos profusamente representados, y otros, a la espera de ser iluminados y entablar nuevas conversaciones sobre su sencillez, huellas, materialidad, contexto, conexiones o estética. No hay una lectura unívoca frente al pasado sino lecturas situadas, y frente a cada pregunta del artista o del investigador, se abren para los públicos del museo extraordinarios horizontes para la apreciación y la investigación.
Como este, los diálogos entre arte contemporáneo y precolombino son centrales en el trabajo que ha desarrollado el Museo Casa del Alabado por más de una década: los artefactos arqueológicos son sin
duda lugares de reconocimiento e identificación de la sociedad con su pasado, pero también de indagación e imaginación para su proyección hacia el futuro.
Expresamos nuestro especial agradecimiento al artista Gonzalo Vargas, a los curadores de Zarigüeya/Alabado Contemporáneo, Manuela Moscoso, Pablo Lafuente y Manuela Ribadeneira, y al equipo de comunicación, investigación, educación y gestión del museo que hizo posible la sexta edición del programa.
Lucía Durán
Directora Ejecutiva
Museo de Arte Precolombino Casa del Alabado
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Texto curatorial por Manuela Moscoso
Desde hace aproximadamente dos décadas, Gonzalo Vargas (Quito, 1976) investiga los procesos de producción de la imagen y sus dimensiones políticas, especialmente en relación con la construcción del relato histórico moderno en fricción con el proceso colonial en América Latina. Vargas realiza, desde lo visual, un riguroso análisis de la relación del paisaje con el territorio, la identidad nacional y el progreso, conceptos que están estrechamente ligados al proyecto moderno que se desenvuelve en el siglo XIX en Europa y en los territorios colonizados.
Para la exposición de” Colisiones y ensayos” (2021), parte del programa Zarigüeya/Alabado Contemporáneo, Vargas toma como punto de partida las piezas de la colección precolombina del Museo Casa del Alabado para generar un universo visual que reflexiona sobre la forma en que estos objetos del pasado son entendidos, interpretados y clasificados en la actualidad. Por un lado, Vargas investiga cómo la arqueología recrea un sistema de relación para atribuir usos rituales y utilitarios. Y por otro, explora las posibilidades estéticas de las piezas, asignándoles una dimensión contemporánea mediante técnicas fotográficas como el gelatinobromuro de plata, la fotografía digital y la digitalización volumétrica 3D, traduciendo las piezas en formatos audiovisuales y plataformas digitales.
Colisiones y ensayos es un ejercicio político- estético. Vargas utiliza la reproducción fotográfica de las imágenes como herramienta para subvertir aquellas narrativas históricas que definen lo precolombino como un momento que precede a los procesos civilizatorios y de progreso impuestos por los relatos de la modernidad.